sábado, 10 de octubre de 2015

Cuento 1

Andru en los años de su juventud de los 20 a los 35 años emprendía viajes buscando robots, encontró un robot pero éste estaba destrozado, siguio su búsqueda pero era un fracaso porque todos los robots que encontraba prácticamente eran chatarra.
Cuando cumplió 40 años se dio cuenta que sólo fue pérdida de tiempo, así que él sólo se sentó en un sillón, permaneció allí por un gran rato, estaba meditando pero fue tanta su aflicción que pensó en el suicidio, se la pasó ahí analizando cada una de las razones por las que debía vivir. Pasaron los años y un día al salir a pasear se encontró con lo mejor que le había pasado en toda su vida, vio una muchacha como de 17 años, él se sintió muy atraído hacia ella ya que se veía muy inocente.
En el año de sus 90 años se le ocurrió una idea loca quería tener una aventura sexual con aquella chavita virgen, así que le habló a una ex amiga que tenía un putero y le pidió que consiguiera a tal chava, ella comenzó la búsqueda para convencerla a que trabajara con ella. Pasaron días y meses hasta que la convención le avisó a Andru que ya la tenía el inmediatamente fue el sitio donde la tenía, pero al verla se quedó encantado, plasmado que no tuvo el valor para lastimarla así que prefirió pagar las horas pero no para tener con ella sexo sino para tener charlas. El decía algo muy raro -las palabras sólo simples palabras y nada más que palabras que atroser son, hacen cambiar al mundo en un instante sólo con palabras que hacen tocar a uno Andru se enamoró de ella pero él ya era anciano y comenzaba a sentirse muy mal, dejó de visitarla ya no más contacto; dos meses después le llegó una carta que decía: -el amor habla con las emociones, los gestos el amor habla con el lenguaje universal del sentimiento, yo me enamoré de ti sabiendo que nuestro amor no iba a ser fácil, que te voy a extrañar y que te deseo lo mejor.
Atentamente Andru

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